RECURSOS SAC

Empresas Comunales y entorno minero: el aprendizaje sistémico genera valor económico y social [1]

Por: Ramón Ponce Monteza y Alfredo Coronel Zegarra Guzmán Barrón

13 de junio de 2024

En entornos mineros, existen empresas comunales y emprendimientos locales que brindan bienes y servicios. Los beneficios de esta relación suelen tener resultados de satisfacción mutua: se genera empleo, ingresos y transferencia de conocimientos.

El reto es potenciar la creación de valor y el aprendizaje recíproco: registro de actividades, de las adiciones generadas, de los puntos altos y bajos, y sistematizar lo realizado. El objetivo es producir un cambio interno en el «metabolismo» de la comunidad, combinando lo individual con lo colectivo.

Proveer a empresas medianas y grandes permite revisar la producción de la zona, las relaciones con el mercado y reconocer las nuevas oportunidades. Igualmente, exige adoptar prácticas de seguridad, contabilidad, calidad y responsabilidad social, entre otras.

La evidencia del éxito es que las formas de aprender produzcan cambios de comportamiento, potenciando lo existente, elevando los estándares e incidiendo en políticas públicas.

Las familias comuneras se han dedicado a actividades agropecuarias y de silvicultura. La inversión minera reduce los costos de transacción, facilitando un mejor acceso al mercado. Esto les permite reexaminar relaciones de cooperación vinculadas con su patrimonio y cultura, así como evaluar la viabilidad de sus actividades económicas y la relación entre la comunidad, la empresa comunal y la empresa minera para aprovechar los flujos comerciales, capacidades y saberes que llegan a la localidad. Se fortalecen las alianzas y se crean nuevos lazos de conexión.

La empresa comunal podría centrar sus esfuerzos en ofrecer oportunidades a los pobladores. Orientarla a ser un «paraguas» de diversos emprendimientos familiares, combinando los esfuerzos del grupo con los de la organización. Se trata de aprovechar la capacidad gerencial desarrollada durante su existencia para nuevas iniciativas.

El ambiente es una oportunidad; proveer alimentos de forma sustentable y saludable será cada vez más valorado. Los consumidores, nacionales o extranjeros, no estarán dispuestos a comprar productos con una alta huella de carbono, sin un uso adecuado de los recursos naturales o descuidando a las personas. Las regulaciones europeas ya imponen impuestos, tasas y prohibiciones a bienes que no cuidan el entorno.

Ser sostenible no significa sacrificar la rentabilidad; es tener una visión a largo plazo. La sostenibilidad no es solo ambiental, sino también financiera y social.

Conjugar cultura e historia con ganancias y propósito es una propuesta ambiciosa y posible. Se trata de usar los ingresos de hoy para asegurar beneficios futuros. En ese sentido, se requiere aprovechar continuamente los conocimientos generados desde un comportamiento activo.

[1] Este artículo fue escrito tomando como base las labores de consultoría de los autores en Recursos SAC.