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Consultoría en gestión: Entre soluciones únicas y demasiadas opciones

Por: Eduardo Burga Bartra y Alfredo Coronel Zegarra Guzmán Barrón

12 de junio de 2025

En el trabajo de consultoría, muchas veces los clientes llegan pidiendo salidas para determinado inconveniente. Esperan que uno, como si tuviese una varita mágica, encuentre una solución que sea sencilla, rápida y barata.

Pero, aunque es factible que tal alternativa exista, generalmente no es así. La tarea encomendada será analizada desde distintas perspectivas, lo que constituye el diagnóstico. Se revisarán, procesarán y analizarán las respuestas, y se producirá un material que establezca distintas opciones para que el empresario o ejecutivo decida cuál escoger.

Frecuentemente, hay pocas oportunidades en las que haya recomendaciones únicas, en particular tratándose de temas de gestión. Casos en los cuales hay que ajustar un software o comprar un insumo no requieren de un asesor. Son decisiones que claramente los funcionarios tomarán, tal cual lo hacen cotidianamente. Recurrir a alguien externo se realiza porque no hay un remedio evidente.

La encomienda es, pues, compleja y habrá que invertir tiempo, lógica e ingenio para diseñar una propuesta adecuada, incluyendo las evaluaciones de las consecuencias en uno u otro caso. Evidentemente, esto no es una enumeración gigantesca con todas las virtuales ocurrencias. Deben priorizarse aquellas relevantes y capaces de generar beneficios.

Listar cada posibilidad lo hará mejor un programa de inteligencia artificial, que podrá buscar en infinitas bases de datos con situaciones diversas. Eso poco tiene que ver con la tarea del consultor. Su labor es reflexionar y proveer al cliente alternativas relevantes y oportunas, debidamente sustentadas. Así, quien solicitó la consulta podrá elegir en función de su propio contexto.

En ocasiones, se omite entregar el “paquete” completo. Las estrategias deben venir acompañadas de cómo serán aplicadas; difícilmente surtirá efecto un diseño que no contemple su ejecución y los matices y variantes que implicará. Es por eso que en el levantamiento inicial de datos se inquirió por el funcionamiento de la organización. Incluir las capacidades requeridas contrastadas con la realidad para llegar a buen puerto es imprescindible. Partir de las condiciones que se poseen al momento de poner en práctica las recomendaciones es crucial. La individualización se convierte en el factor que permitirá incrementar las probabilidades de éxito.

Entonces, involucrar a los miembros de la firma consultante es imprescindible, no solo porque serán quienes entreguen la información, sino también porque permitirán revisar conjuntamente la visión de futuro y colaborar en la construcción de las sugerencias. Escuchar sus opiniones, críticas, intereses y motivaciones durante el proceso de trabajo es la forma de hacerlos partícipes y cocreadores del resultado. Esto favorecerá que se establezcan planes que podrán llevarse a cabo con mayor potencial de salir airosos.