Facilitando la cooperación interempresarial: el rol del Estado [1]
Por: Ramón Ponce Monteza y Alfredo Coronel Zegarra Guzmán Barrón
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14 de noviembre de 2024
Políticas públicas que promueven la cooperación interempresarial son una herramienta para mejorar la competitividad. Las fallas del mercado que generan fricción en este encuentro deben identificarse y eliminarse. Lubricar las correas de transmisión ayudaría a una relación más fluida.
Facilitar que las distintas escalas se articulen alrededor de procesos liderados por los que poseen la idoneidad, el conocimiento y los mercados permitiría al país elevar su productividad. Para que pequeñas unidades participen en estas cadenas, tendrían que alcanzar ciertos niveles de eficiencia. El Estado podría orientarse a conseguir que sus competencias actuales mejoren, incentivando mecanismos de aprendizaje y mejora continua de acuerdo a sus necesidades.
Hay avances, pero aún se requiere acortar distancias en gestión, financiamiento y tecnología. Lograr eslabones competitivos significa identificar a los actores e indagar qué requieren. Los clientes del Gobierno son las empresas; tiene que adecuar su oferta a la demanda, escuchar y asumir un rol de soporte y apoyo.
La Administración central lideraría a las subnacionales en disminuir costos de transacción, reduciendo plazos y tarifas de trámites y procedimientos; identificando y eliminando barreras burocráticas; simplificando la legislación y reglamentación laboral y tributaria; coordinando y consolidando estrategias entre sus diferentes sectores, agrupándolos en ventanillas únicas; asegurando la provisión de servicios de desarrollo empresarial; minimizando trabas en mercados internacionales a través de acuerdos comerciales y revalorando esquemas de tercerización, subcontratación, maquila, entre otros.
Permitiendo el acceso a sistemas satelitales oficiales, se habilitarían plataformas geo referenciales que aceleran procesos de contacto, aminorando la asimetría de la información. Igualmente, difundir entre los agentes del ámbito local las prácticas, métodos y procesos de los exportadores dinamizaría e innovaría su progreso. Estimular la construcción de infraestructura digital aumentará las opciones de asequibilidad y vinculación.
Considerando el cambio climático como eje generador de valor, se alentaría el uso de innovaciones que alivien la presión sobre la biodiversidad. Articulando esfuerzos en torno al reconocimiento y acción en el descenso de emisiones de carbono, empezando por el propio gobierno.
Focalizarse en promover la competitividad y la colaboración, como los programas de desarrollo de proveedores que elevan las capacidades de los involucrados, cierran brechas y fortalecen una cadena dirigida por una firma líder o “madrina”. Del mismo modo, potenciar los Tambos del Programa “PAIS” a nivel nacional como espacio de provisión y facilitación de servicios, incluso los digitales, consolidaría la atención gubernamental, concentrando la inversión y el soporte a escala local.
[1] Basado en las labores de consultoría de los autores con Recursos SAC.
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